jueves, 25 de mayo de 2017

Terapias naturales

Paracelso fue uno de los que genuinamente dedicó su vida a encontrar
            el motivo de la enfermedad y también encontrar medicinas naturales
            para curar dichas enfermedades. 500 años después de su advenimiento,
            Paracelso está siendo cada vez más y más relevante en los tiempos
            actuales. Su conocimiento acerca de los minerales y metales,
            elementos y hierbas, parece haber lanzado mucha luz sobre el
            acertijo de la curación. Él fue un genuino curador, profundamente
            absorto en encontrar el remedio correcto a través de una medicina
            correcta y ha sido un fuente de inspiración para muchos. Fue un
            filósofo entusiasta, un alquimista y un curador de un elevado orden
           P. Kumar.

            1.- Lo primero es mejorar la salud

            Para ello hay que respirar con la mayor frecuencia posible, honda y
            rítmica, llenando bien los pulmones, al aire libre o asomado a una
            ventana, beber diariamente en pequeños sorbos, dos litros de agua,
            comer muchas frutas, masticar los alimentos del modo más perfecto
            posible, evitar el alcohol, el tabaco y las medicinas, a menos que
            estuvieras por alguna causa grave sometido a un tratamiento, bañarte
            diariamente, es un hábito que debes a tu propia dignidad.
            
            2.- Desterrar absolutamente de tu ánimo, por más motivos que
            existan, toda idea de pesimismo, rencor, odio, tedio, tristeza,
            venganza y pobreza.

            Huir como de la peste de toda ocasión de tratar a personas
            maldicientes, viciosas, ruines, murmuradoras, indolentes, chismosas,
            vanidosas o vulgares e inferiores por natural bajeza de
            entendimiento o por tópicos sensualistas que forman la base de sus
            discursos u ocupaciones. La observancia de esta regla es de
            importancia decisiva: se trata de cambiar la espiritual contextura
            de tu alma. Es el único medio de cambiar tu destino, pues este
            depende de nuestros actos y pensamientos, el azar no existe.

            3.- Haz todo el bien posible

            Auxilia a todo desgraciado siempre que puedas, pero jamás tengas
            debilidades por ninguna persona. Debes cuidar tus propias energías y
            huir de todo sentimentalismo.
            
            4.- Hay que olvidar toda ofensa, mas aun: esfuérzate por pensar bien
            del mayor enemigo.

            Tu alma es un templo que no debe ser jamás profanado por el odio,
            todos los grandes seres se han dejado guiar por esa suave voz
            interior, pero no te hablará así de pronto, tienes que prepararte
            por un tiempo; destruir las superpuestas capas de viejos hábitos,
            pensamientos y errores que pesan sobre tu espíritu, que es divino y
            perfecto en sí, pero impotente por lo imperfecto del vehículo que le
            ofreces hoy para manifestarse, la carne flaca.
            
            5.- Debes recogerte todos los días en donde nadie pueda turbarte,
            siquiera por media hora, sentarte lo más cómodamente posible con los
            ojos medio entornados y no pensar en nada.

            Esto fortifica enérgicamente el cerebro y el espíritu y te pondrá en
            contacto con las buenas influencias, en este estado de recogimiento
            y silencio, suelen ocurrírsenos a veces luminosas ideas,
            susceptibles de cambiar toda una existencia, con el tiempo todos los
            problemas que se presentan serán resueltos victoriosamente por una
            voz interior que te guiará en tales instantes de silencio, a solas
            con tu conciencia, ese es el daimon de que habla Sócrates.

            6.- Debes guardar absoluto silencio de todos tus asuntos personales.
            
            Abstenerse, como si hubieras hecho juramento solemne, de referir a
            los demás, aun de tus más íntimos todo cuanto pienses, oigas, sepas,
            aprendas, sospeches o descubras, por un largo tiempo al menos debes
            ser como casa tapiada o jardín sellado, es regla de suma  importancia.

            7.- Jamás temas a los hombres ni te inspire sobresalto el día de
            mañana.

            Ten tu alma fuerte y limpia y todo te saldrá bien, jamás te creas
            solo ni débil, porque hay detrás de ti ejércitos poderosos, que no
            concibes ni en sueños, si elevas tu espíritu no habrá mal que pueda
            tocarte, el único enemigo a quien debes temer es a ti mismo. El
            miedo y desconfianza en el futuro son madres funestas de todos los
            fracasos, atraen las malas influencias y con ellas el desastre, si
            estudias atentamente a las personas de buena suerte, veras que
            intuitivamente, observan gran parte de las reglas que anteceden,
            muchas de las que allegan gran riqueza, muy cierto es que no son del
            todo buenas personas, en el sentido recto, pero poseen muchas
            virtudes que arriba se mencionan. Por otra parte, la riqueza no es
            sinónimo de dicha; puede ser uno de los factores que a ella conduce,
            por el poder que nos da para ejercer grandes y nobles obras; pero la
            dicha más duradera solo se consigue por otros caminos; allí donde
            nunca impera el antiguo Satán de la leyenda, cuyo verdadero nombre
            es el egoísmo, jamás te quejes de nada, domina tus sentidos; huye
            tanto de la humildad como de la vanidad, la humildad te sustraerá
            fuerzas y la vanidad es tan nociva, que es como si dijéramos: pecado

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