El estudio se realizó en un colegio
particular de la Región Metropolitana con estudiantes diagnosticados con
el Síndrome de Déficit Atencional (SDA), donde se utilizó la técnica de
Meditación con Mandalas. “Esta investigación adoptó una metodología
cualitativa para abordar dicha problemática, ya que se quiso observar la
evolución de los comportamientos dentro de la sala de clases en un
período de 2 meses, intentando reconstruir su realidad a través del
método fenomenológico y el marco interpretativo de la fenomenología,
para llegar finalmente a la experiencia de dichos estudiantes en
relación a la actividad de pintar Mandalas dentro de su horario habitual
de clases”, se relata en la investigación.
El principal aporte refiere que la
Meditación con Mandalas en estudiantes diagnosticados con SDA contribuye
significativamente a que los estudiantes puedan concentrarse y
focalizar su atención en dicha actividad, disminuyendo la mayor parte de
las conductas propias del diagnóstico.
Parte del foco del estudio es avanzar en
la evidencia científica de la contribución de ciertas disciplinas y
herramientas terapéuticas que utiliza la Psicología Humanista
Transpersonal, tal como es la meditación.
“En particular, nos interesó estudiar el
nivel de impacto que podría tener la aplicación de una técnica
meditativa en estudiantes que presentaban dificultades en sus niveles de
atención y concentración, y que han sido diagnosticados con el Síndrome
de Déficit Atencional. Considerando que este diagnóstico se ha
incrementado de modo importante durante los últimos años, nos preocupa
poder aportar conocimiento que permita promover una mirada más amplia y
estrategias novedosas que puedan potenciar en dichos estudiantes una
mejor adaptación a las exigencias de la sala de clases”, señalan en la
investigación las jóvenes estudiantes de Psicología de la Universidad
del Pacífico.
Sobre el estudio
La actividad de pintar Mandalas realizada
durante 2 meses, dos veces a la semana en horarios normales de clases, a
las 8:00 y a las 15:00 horas, incluyó un ejercicio de responder luego
sobre qué fue lo que les gustó y les disgustó, qué querían expresar con
el Mandala y ponerle título.
Entre los principales resultados, se
observó que mientras se realizaba la actividad, los estudiantes se
concentraban y estaban en silencio. Además, hubo indicadores en relación
al autoconocimiento, en donde los alumnos expresaron sentir relajo,
diversión, comodidad, concentración y felicidad. Asimismo, hay
referencias a que pintar mandalas los ayudó a expresar mejor sus
sentimientos y necesidades.
“En general, durante todo el proceso
investigativo se pudo ver que lo vivenciado por los estudiantes fue
agradable para ellos, un proceso de autoconocimiento, de lograr
concentrarse, expresar sentimientos y expresarse a través del arte y sus
propias creaciones”, se indica en el estudio de las alumnas.
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